Los forrajes cubren hasta el 80 % de la ingesta energética del ganado, especialmente del ganado vacuno y lácteo. Por ejemplo, proporcionan la proteína y la fibra esenciales para la conversión alimenticia, la salud intestinal y la rumia. Asimismo, muchos forrajes pueden de hecho suministrar casi todos, sino todos, los minerales y oligoelementos necesarios, espcialmente cuando se incluyen la alfalfa y otras leguminosas.
A pesar de su importancia, la composición nutricional del forraje es difícil de predecir. Varía de un lote a otro, e incluso dentro de un mismo lote. La realización de ensayos ocasionales suele ser insuficiente a la hora de decidir cómo aprovechar mejor nuestras materias. Por ejemplo, estudios realizados muestran una variación significativa en el contenido de nutrientes y materia seca en la brida del ensilado.
Las innovadoras soluciones analíticas para los análisis de forraje ponen un mayor conjunto de datos esenciales a disposición de los granjeros y agricultores. Estos datos incluyen parámetros como la humedad, la proteína, la fibra y otros. Concretamente, la automatización de los métodos químicos y el uso de métodos indirectos como el infrarrojo cercano son cada vez más importantes para el alto rendimiento y los rápidos plazos de respuesta del laboratorio. El creciente potencial del infrarrojo cercano (NIR) en las pruebas de forraje que se llevan a cabo en el pienso o en la granja puede generar nuevos niveles de datos analíticos capaces de favorecer un uso más racional y efectivo del forraje como fuente de alimentación.