La producción y la demanda de leche han aumentado significativamente en las últimas décadas. En respuesta, las granjas lecheras son cada vez menos, pero más grandes. Los costes operativos y la productividad están en el punto de mira, pero también lo está la necesidad de satisfacer el interés del consumidor por el bienestar animal, el uso de antibióticos y los métodos de una agricultura orgánica. Ante todo, la sostenibilidad es una prioridad tanto para la industria como para los consumidores.
Por un lado, estar a la altura de las altas exigencias de productividad y de los estándares de calidad, así como de las buenas prácticas agrícolas, pueden suponer un reto para cualquier ganadero lechero. Las incoherencias en la calidad composicional de parámetros como la grasa o la proteína (y la caseína) pueden poner en peligro la producción láctea. Una higiene deficiente puede afectar a la vida útil. La adulteración accidental o deliberada puede comprometer la seguridad alimentaria.
Los análisis simplificados y automatizados del pago de la leche son más relevantes que nunca para garantizar que la industria pueda mantener los estándares de calidad y, al mismo tiempo, ayudar a los ganaderos a mejorar continuamente la productividad y la sostenibilidad del suministro de leche cruda.
Información valiosa de las pruebas de perfil de ácidos grasos
Conocer la composición de los ácidos grasos (es decir, el perfil de ácidos grasos) de la leche cruda es vital para el procesado y la producción de leche con el objetivo de mejorar la calidad de los productos lácteos, optimizar el procesamiento de la leche y/o aprovechar el rendimiento de las vacas lecheras a través de una alimentación y una gestión mejoradas.
Un estudio reciente describe el desarrollo de modelos globales de ácidos grasos para analizadores de leche FTIR de alto rendimiento y las posibles aplicaciones prácticas de dichos modelos en la industria láctea.
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